Leo a través de Wwwhatsnew, una corta pero interesante entrevista a Gonzalo García, presidente de Geovirtual, la empresa detrás de Glinter, dónde afirma lo siguiente:
[Google puentea] A la NASA, al IGN (Instituto Geográfico Nacional) y a todas las demás agencias. Porque a ellas les entran tres visitantes y a Google tres millones. Y dicen: «¡Pero si hace un año era yo el que tenía las visitas, se me han llevado todo el mercado! Y además soy yo el que lanza los satélites, el que se gasta 20 millones en fotografiar España en alta resolución. Y ellos hacen el negocio».
No se si Gonzalo pone en boca del IGN, la NASA y demás sus propias interpretaciones de la situación actual del mercado de los sistema de información geográfica públicos o son palabras textuales de los responsables de dichas empresas/instituciones. En el segundo caso me parecería que es estar muy ciego no ver porque sus servicios han fracasado.
Hasta el día en que Google no puso sobre la mesa Google Earth y se comió literalmente todo el mercado, las aplicaciones online que utilizaban ortofotos eran pura bazofia. Google consiguió no sólo facilitar la búsqueda y localización de información geográfica a quienes por una u otra razón teníamos que utilizar dichos servicios, sino que lo hizo tan fácil, cómodo y rápido que consiguió atraer a un público que ni sabían que existía este tipo de aplicaciones. Luego abrió el API y empezaron a aparecer aplicaciones que hicieron crecer la comunidad de usuarios (dónde Panoramio fue para mi la estrella indiscutible).
¿Y mientras tanto que hacía «los veteranos»? A diferencia de Microsoft que se puso rápidamente las pilas viendo el potencial del nuevo nicho que había empezado a explotar Google, las aplicaciones de los diferentes institutos geográficos y entidades gubernamentales mejoraron tímidamente mientras veían como sus usuarios decrecían día a día.
A día de hoy algunas de las aplicaciones siguen siendo muy rudimentarias y poco usables y aunque disponen de mejores imágenes terrestres, poca gente se molesta en utilizarlas (por ejemplo el sigpac español).
Por tanto, sí que tienen razón estas empresas cuando dicen que ellos estaban antes, que tenían la mayor parte del mercado y que son ellos quienes lanzan los satélites que luego utiliza Google o Microsoft. Pero ahora deben mirarse a ellos mismos, reflexionar y darse cuenta de que hicieron mal para acabar en esta situación.