Muchas empresas de software españolas recurren a los becarios para cubrir ciertos puestos. Normalmente los becarios surgen como opción «barata» para realizar ciertas tareas que nadie quiere o puede hacer en la empresa. Desde mi punto de vista, cuando hablamos de diseño y desarrollo de software, este planteamiento no puede ser más erróneo.
Antes de nada debo advertir que hablo únicamente de los becarios que se utilizan para desarrollar las tareas que realizaría un ingeniero. Los becarios que se emplean para traer el café o para introducir datos en una hoja excel son otra historia: una explotación brutal tanto del estudiante como del sistema de becas.
Dejaré de lado esta práctica poco ética demasiado extendida. Tampoco entraré a juzgar sobre la moralidad de que existan trabajadores gratuitos en los tiempos que corren. No hay que perder de vista que el objetivo de una empresa es maximizar los beneficios. Por tanto, la empresa no va a buscar ningún tipo de justificación moral al hecho de no pagar a los becarios, ya que no lo necesita, pero los mandos intermedios sí que suelen tratar de justificar la contratación de becarios con ciertas afirmaciones del tipo «es bueno para ellos porque van a aprender mucho«, «esto les servirá para introducirse en el mundo de la empresa«, etc.
Parecería entonces que todos ganan en este juego. Sin embargo la realidad es diferente.
Hay 2 tipos de becarios, los que lo hacen bien y merecen una continuidad y los que pasan por la empresa sin pena ni gloria.
Con los «malos» becarios (que suelen ser la mayoría por desmotivación, falta de tiempo o desinterés) está claro que estamos perdiendo el tiempo: algunos trabajadores tendrán que enseñarles, el gestor tendrá que rellenar ciertos formularios, etc. Todo ello para no darle continuidad, puesto que sería un poco estúpido contratar a alguien que no vale la pena.
Con los «buenos» becarios (difíciles de encontrar) sucede algo curioso. Un buen becario es aquél que puede empezar a trabajar con poca o nula formación por parte de la empresa. Lo curioso es que a un chico así la empresa debería contratarlo, no ofrecerle un contrato de becario, y debido a la habituación de la empresa a pagar bajos sueldos y con la excusa de que es su primer trabajo, es altamente probable que le ofrezca un sueldo muy bajo. La reacción del becario será lógica: irse en cuanto pueda a una empresa que le pague un mejor sueldo. Por lo tanto, si la empresa no tiene mucha cintura, perderá a un gran trabajador después de realizar cierto esfuerzo.
Adicionalmente, cualquier becario aporta una dosis alta de inseguridad ya que se puede ir en cualquier momento o puede cometer algún error grave de forma involuntaria que cause grandes quebraderos de cabeza a quien le toque solucionarlo (y agregar así mayor malestar en el equipo).
Por lo expuesto, mi conclusión es que mejor que contratar becarios, tanto para los estudiantes como para la empresa, es contratar recién titulados, con un sueldo justo y digno.
1 respuesta a «Becarios que salen caros»