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Se veía venir

El nuevo cacharro de GoogleLa semana pasada Google anunció que Google Maps será navegable. Un anuncio que fue acogido por los inversores y los medios como una auténtica revolución . Sin embargo, si lo analizamos fríamente, nos daremos cuenta de que el paso que ha dado Google ni es tan sorprendente ni es tan revolucionario.

Hace ya 4 años, Google lanzó al mercado Google Maps y Google Earth, dos proyectos hermanos que prometían traer toda la información geográfica del mundo a nuestro ordenador. Aquél año 2005, esos dos proyectos barrieron el mercado. El resto de sistemas GIS, más o menos profesionales, sucumbieron ante Google y tuvieron que reinventarse o morir (incluyendo a OpenStreetMap, de carácter libre). Además a Google le imitaron sus máximos rivales en el dominio de Internet: Yahoo y Microsoft . Ni que decir tiene que el éxito de estos ha sido más bien escaso.

En 2007, Google anuncia su nuevo servicio Street View. Desde su lanzamiento, Google Maps se había mantenido con bases de datos y de imágenes de terceros. La suministradora de mapas para GMaps es TeleAtlas, que «curiosamente» desde julio de 2007 es propiedad de TomTom. Street View es el primer paso de Google para obtener su propia base de datos geográfica del mundo. Para conseguir algo diferente, único, que ningún otro competidor tuviera, no se le ocurrió otra cosa que enviar decenas de coches con cámaras a recorrer las principales ciudades americanas (y ahora europeas, asiáticas e incluso australianas ) registrándolo todo, calle a calle con imágenes panorámicas 360º. Una idea genial, pero con un alto coste económico.

Tras muchos rumores que apuntaban la posibilidad de que Google sacara al mercado un teléfono móvil, en el mes de noviembre de ese fructífero 2007, la empresa de Mountain View desvela su verdadera estrategia: Android, una plataforma para móviles. Inicia así su guerra contra iPhone y Nokia/Symbian de la mano de HTC que es el primer fabricante que confía en ellos y le suministra el hardware. Desde un principio Android tiene como uno de sus principales bastiones GMaps, uno de los programas preinstalados que mejor explota las características que Google quiso dar a los móviles con su sistema operativo. También es remarcable que Google sacó ese año versiones de GMaps para Symbian (la plataforma de Nokia). La respuesta de el fabricante finlandés fue Nokia Maps , un servicio similar, pero que no hacía de la conectividad permanente una necesidad.

Vista la secuencia de hechos, parece claro que el libro de ruta de Google tuvo siempre un destino final: la convergencia de Google Maps en los dispositivos móviles como herramienta cotidiana. Es decir, Google quiere que salgamos a la calle con nuestro teléfono móvil y le preguntemos cualquier cosa que queramos hacer. ¿Cómo se va a tal sitio? ¿Que restaurante me recomiendas? ¿Dónde hay un taller de coches? Su negocio será el mismo que ya usa en Internet: vender publicidad. Es la manera con la que conseguirá rentabilizar la millonaria inversión que ha realizado con todo este arsenal de productos «gratuitos». Por eso, la jugada de integrar Street View y su sistema de navegación con GMaps para Móviles era evidente: necesita poder guiar al usuario hacia su destino para copar el mercado de los GPS de uso cotidiano.

Analizando el comportamiento de las bolsas ante el anuncio de Google creo que se ha sobredimensionado el poder, la influencia y las intenciones de la Google. Las empresas más afectadas fueron TomTom y Garmin. Es cierto que ambas empresas trabajan en el segmento del GPS, pero tienen filosofías completamente distintas a GMaps. TomTom está especializada casi exclusivamente en dispositivos para automóviles, ofreciendo tanto el hardware como el software y, como hemos dicho, desde 2007 es incluso la propietaria de los mapas. Garmin hasta hace poco estaba dedicada casi en exclusiva al outdoor, es decir, en dispositivos hardware sumamente resistentes capaces de soportar golpes, agua y vibraciones continuas. Es cierto que el movimiento de Google puede comer algo de cuota de mercado a estas dos empresas, pero la realidad es que el comprador tradicional(*) de Garmin no es cliente de TomTom y el de TomTom tampoco lo es de GMaps. El tamaño de la pantalla de un TomTom, por ejemplo, puede llegar a ser 4 o 5 veces mayor que la de un móvil que lleve GMaps integrado.

Por todo lo expuesto, considero que en el anuncio de la semana pasada no ha habido nada de revolucionario ni sorprendente. Google ha seguido avanzando en la misma línea que llevaba tiempo recorriendo y las pequeñas modificaciones realizadas en su producto no debería suponer una sorpresa para nadie. Una revolución sería que Google anunciara un servicio totalmente off-line. Eso sí que sería un verdadero giro de timón que no se va a producir, ya que significaría que Google cambia su filosofía . En el corto y medio plazo Google continuará ofreciendo productos gratis o casi gratis financiados mediante publicidad, TomTom seguirá con su hardware para coches (ya veremos que pasa con su versión para móviles) y Garmin se mantendrá líder indiscutible del mercado para dispositivos outdoor.

¿Dónde está la revolución? El movimiento de Google se veía venir.

 

(*) Garmin ha sacado recientemente algunos dispositivos destinados al segmento del automóvil, que sí que competirían directamente con TomTom.

1 respuesta a «Se veía venir»

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